Hace como 8 años suplanté mis desayunos usuales por smoothies saludables y confieso que es un hábito que me encanta. De hecho, cuando por alguna razón lo rompo, mi cuerpo lo extraña y clama por los batidos matutinos.
Entre los beneficios que he experimentado puedo mencionar: mayor energía, me siento más ligera, pero a la vez muy satisfecha; experimento menos sensación de hambre antes del almuerzo que cuando desayuno otro tipo de comidas.