Cuando hablamos de rutinas diarias, nos referimos a acciones que vas a realizar sí o sí cada día, de una forma determinada hasta que se conviertan en hábitos.
Entre las 3 actividades te pueden tomar 30 minutos (10 minutos cada una), pero verás que valen la pena. No me creas a mí, sencillamente ponlas en práctica. Invierte, al menos, unos 15 días en esto y verás cómo pueden mejorar tu semana y tu calidad de vida.
No se trata de algo mágico o increíble, son acciones que realizadas de forma consistente e intencional pueden convertirse en tus aliadas para elevar tu ánimo e incluso reconectarte con la abundancia.
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Por supuesto que, estas rutinas diarias requieren una buena dosis de amor propio mientras las haces; es decir no las hagas desde la obligación o una energía de malestar. Disfrútalas, saboreálas. Aprende a verlas como un regalo de ti para ti.
El Calentamiento
Cuando realizas una rutina de ejercicios físicos es altamente recomendable efectuar un calentamiento que prepare suavemente a tu cuerpo para la actividad física y para prevenir lesiones.
Del mismo modo te sugerimos que antes de comenzar a introducir estas acciones en tu día a día te asegures de prepararte emocionalmente. Asegúrate de conectar con tu intención, recordar para qué estás haciendo esto y desconectarte, temporalmente, del resto de tareas.
3 recomendaciones para tu calentamiento
Tómate 15 minutos de acondicionamiento cada mañana al despertar
Suena tu despertador en la mañana y en lugar de levantarte apurada de la cama, tómate 15 minutos para sentarte en completa tranquilidad y paz. Regálate este espacio de tiempo para que tus pensamientos, emociones y energía dispersa salgan de tu cuerpo.
Esta simple, pero poderosa, práctica te ayudará a vaciar tu cuerpo energético de pensamientos que te provocan ansiedad y a mantenerte calmada y centrada durante todo el día.
Si te despiertas justo a la hora que requieres ir al baño y arrancar a arreglarte, esto no va a funcionar. Programa tu alarma 15 minutos antes para que puedas hacer esto y mira lo que este acto puede hacer por tu día.
Reconecta con tu intención
Deja de estar funcionando todo el tiempo en piloto automático. Piensa antes de hacer estas 3 rutinas diarias el para qué las estas haciendo. Quiero mejorar mi semana; deseo iniciar o cerrar el año con mejor energía; me interesa reconectar con mi abundancia; me gustaría sentirme más centrada, etc.
¿Cuál es en este caso tu intención? Si estás aquí, leyendo esto, de seguro hay alguna.
Te tomará 1 minuto o 2 reconectar con tu para qué.
Procura encontrar gozo al practicar estas actividades
Dicen que la prosperidad y el dinero siguen al gozo y con el tiempo he comprobado que es así. Divertirse actúa como un imán a la hora de atraer lo que quieras para tu vida.
Un síntoma de que no te estás divirtiendo lo suficiente en tu día a día es si te sientes atascada o estancada.
Aunque tengas lecciones que aprender en la vida y haya momentos en los que requieras esforzarte y trabajar enfocada en lo que quieres, tienes la posibilidad de poder disfrutar cada experiencia que elijas vivir. Aprender a crear alegría en todo lo que decidas hacer y experimentar.
Rutinas Diarias para mejorar tu semana
Rutina Diaria #1 | Lleva un diario de gratitud
Escribe a diario una lista de 10 cosas por las que estás agradecida. No hay reglas para lo que decidas incluir. Desde personas, relaciones, experiencias, mascotas, regalos, milagros, en fin… se trata de plasmar por escrito la gratitud que tienes por simplemente vivir otro día.
En este mismo sitio hemos hablado de la práctica de la gratitud más de una vez, pero es que cuando se practica de manera constante, aumenta tu capacidad de sentirte bien, en sintonía y en flujo con la vida.
Se han realizado sendas investigaciones que muestran todos los efectos positivos y el impacto que esta práctica continua puede tener en tu vida. Uno de ellos es que, con el tiempo, reduce la posibilidad de que tu cerebro caiga en un patrón de pensamiento negativo.
Estimamos que te puede tomar 10 minutos llegar a tu lista de 10 cosas. Si sientes que 10 cosas diarias es mucho para ti empieza con 3. Lo importante es que lo hagas cada día. Puede ser en la mañana, a mitad del día o en la noche. Lo esencial es que lo hagas.
Mientras escribes la lista conecta con el gozo pensando cómo eso que incluyes ha hecho más fácil tu vida, te ha regalado una sonrisa o le ha aportado un poco de felicidad a alguien.
Inicia hoy con alguna de estas 3 rutinas diarias
Rutina Diaria #2 | Escucha a tu cuerpo
De lo que se trata este punto es que dediques un espacio de tiempo a conectarte con las necesidades particulares que esté demandando tu cuerpo en este momento, prestarle atención y transmitirle el mensaje de que es una prioridad para ti.
Tu cuerpo es único; no tienes respuesto para él. Es tu empaque, tu templo, pero cuántas veces lo ignoras; lo utilizas hasta el cansancio sin siquiera agradecer lo que ha hecho contigo y para ti.
Aunque hay diversas maneras en las que puedes llevar a cabo esta recomendación, un momento en el que puede ser oportuno hacerlo es mientras te duchas. Aprovecha y agradece a tu cuerpo en general todas las acciones maravillosas que hace por ti.
Mientras te enjabonas, puedes prestar atención a cómo se siente tu piel, si hay alguna parte que percibas inflamada o adolorida.
Pregúntale intencionalmente «querido cuerpo ¿qué requieres en este momento? o ¿qué es lo que más te gustaría en este momento?».
Pon algunas alarmas durante el día (unas 2 o 3) en las que el propósito sea escuchar a tu cuerpo. En ese momento se trata de prestarle atención, si requiere hidratarlo, si lo que necesitas es moverte porque has pasado mucho tiempo sentada; por el contrario tal vez has estado de pie o caminando muchas horas y lo que necesitas es un breve descanso.
Rutina Diaria #3 | Perdónate y perdona
No esperes a que suceda algo extremo para practicar el perdón. Si conviertes esto en un hábito diario se volverá como un reset emocional para ti. Aligerará tu carga.
Empieza por la persona en el espejo. La mayoría de nosotros pasa demasiado tiempo en el espacio del arrepentimiento. Si realmente te perdonas a ti mismo, creas más espacio energético para que entren cosas buenas.
Una forma de hacerlo es acostarte y poner tu mano en esa parte de tu cuerpo que identificas que está llena de emoción. Usualmente cuando hay una emoción fuerte la sientes reflejada en alguna parte del cuerpo. De allí que dices cosas como que te duele el corazón (y no necesariamente es una dolencia física asociada a un infarto o algo grave).
También puede ser dónde físicamente sientas tensión como los hombros; o el estómago anudado.
Una vez colocas tu mano allí, respira profundo y permite que esas emociones desaparezcan. Mientras haces esto, reafirma que te amas y te perdonas.
Esto puede ser muy poderoso en situaciones en las que te sientes muy arrepentida. Somos humanos y podemos cometer errores. Date el permiso de sentir estas emociones, reconócelas, déjalas salir, perdónate y disfruta el resto de tu día.
Si se trata de perdonar a alguien te sugerimos escribir al respecto. Plasma en el papel cómo te sentiste con lo que esa persona te hizo para ventilar tu malestar y evitar que se quede atrapado en ti.
Luego de que ha salido el veneno, escribe que eliges perdonar a esta persona porque al igual que tu es un ser humano que comete errores, porque no quieres vivir con la pesada carga del resentimiento y porque reconoces que el perdón regala paz.
Acto seguido, rompe y bota el papel.
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