Queremos regalarte unas preguntas para pensar, para pasar a modo reflexión, conectarte con tus emociones, pero también con tus ilusiones, esperanzas y posibles salidas.
Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.
Algunos le atribuyen esta frase a Charles Darwin otros dicen que no es suya. Sin importar quien la haya dicho lo que vale es la reflexión que regala. ¿Qué tan adaptable eres?, ¿cómo manejas los cambios y los desafíos?
Puedes ser muy brillante, inteligente, creativa y talentosa, pero si eres de mentalidad poco flexible es bien probable que sufras mucho antes de poder fluir en cualquier situación y ante todo en esta nueva normalidad.
La resistencia además provoca mucho dolor y desgaste. Las primeras preguntas tienen que ver contigo porque tu primer esfuerzo, tu primera mirada es ideal que sea hacia adentro.
Empezamos con las preguntas para pensar y reflexionar
#1 ¿Cómo te sientes con todo esto?
Piensa en frases, emociones o sentimientos que describan tus principales o más frecuentes emociones en este emomento. Entendemos que durante las diferentes etapas que un desafío presenta te puedes sentir diferente.
Conéctate con tus emociones hoy. Procura observarte desde afuera y describe lo que ves y sientes. Si para ti el dibujo o la pintura funcionan mejor para expresar tus emociones hazlo y luego escribe sobre lo que ese dibujo representa para ti.
2 ¿Cuáles son tus mayores preocupaciones?
Ventila aquello que te está molestando o incomodando. El paso 1 con esta pregunta es dejar salir todo lo que está generando ruido en tu cabeza para que se convierta en un desahogo mental y emocional.
La diferencia con la pregunta previa es que en aquella describes cómo te sientes. En esta especificas tópicos que están allí llamando tu atención, creando distracción o generando bloqueos.
Luego te sugerimos tomes dichas preocupaciones y las ubiques en 3 columnas o secciones.
Una columna es lo que puedes resolver de alguna forma a corto plazo o ya; otra columna es lo que puedes resolver a más largo plazo (tal vez requiere recursos que no tienes disponibles en este momento, incluyendo a otras personas) y una última columna con lo que percibes está fuera de tu alcance o control en este momento.
A partir de allí podrás ver a qué te conviene dedicar tiempo y energía. Si hay cosas que puedes resolver ya o a corto plazo, hazlo. Así logras sacarlas de esa zona de continuo malestar.
Con las de la columna de largo plazo puedes ver si hay algo que sea viable adelantar. Y con la que queda, si de verdad no hay nada que puedas hacer aplica el consejo de los budistas ¿para qué preocuparse?
Una mente preocupada, ansiosa y angustiada bloquea su posibilidad para encontrarse con la creatividad y el ingenio.
3 ¿Qué demanda este momento o desafío de ti?
De acuerdo con la situación particular que vives reflexiona sobre lo que este momento o desafío requiere de ti.
Que seas más independiente, más creativo, más empático, menos controlador, más audaz, menos rígido, mucho más flexible y adaptable, etc. Las posibilidades son muchas y la única persona que tiene esa respuesta eres tú.
Cada caso es particular. Debes tomarte este tiempo para averiguarlo.
Si te surgen múltiples respuestas puedes ir de más a menos. Digamos que inicias con una lista de 10 cosas que este momento demanda de ti. Luego las puedes ordenar de acuerdo con la prioridad que entiendes funciona para ti y quedarte con las 5 o las 3 que están en los primeros lugares. Esas son las que tú encuentras indispensables.
Ya con esa claridad puedes enfocarte en fortalecer dichas habilidades, cualidades, actitudes, conductas o competencias.
Una forma de comenzar a mejorar estas habilidades, además de leer e investigar sobre ellas, es ubicar modelos. Puedes comenzar a mirar cómo actúan personas que asocias con una actitud o habilidad determinada y detectar algunos patrones o hábitos que tienen y ver qué te conviene copiar.
4 ¿Con qué y con quiénes te quieres conectar? (o reconectar)
Esta también es una oportunidad de reencuentros. En algunos casos la prisa bajo la que vivías frenaba la posibilidad de estar en contacto con algunas personas o actividades que te encantaban.
Las excusas podían ser de múltiple elección, pero es posible que una muy frecuente era “no tengo tiempo”. Más que no tener tiempo es que elegías dar prioridad a otras cosas.
Ahora para muchos el tiempo comenzó a estar disponible en mayor escala. Te regalaron una pausa en la que puedes conectar con tus pasatiempos favoritos, con actividades que te brindan oxígeno o gasolina y, ante todo, con la gente que es importante para ti, pero que a veces dejabas de lado.
¿Qué relaciones o pasatiempos están en tu Top 10 o Top 5? Luego de listarlos define con cuáles de esas relaciones o hobbies quieres reconectar.
5 ¿Cuáles consideras hasta ahora han sido tus mayores aprendizajes?
Cada evento desafiante deja lecciones. Lista las que para ti han sido los aprendizajes de mayor valor e impacto.
Corren por internet muchas listas generalizadas, pero haz la tuya. Cada persona está viviendo esta experiencia desde realidades muy diversas.
¿Cuáles son tus 6, 9, 10 o 20 aprendizajes de mayor valor?
6 ¿Cómo ha estado tu nivel de compasión, comprensión y empatía?
Al inicio de esta entrada dijimos que se trataría primero de ti, de dar una mirada introspectiva. Partimos de la siguiente premisa: no puedes dar lo que no tienes.
Si durante esta situación has sido poco comprensiva, amable y compasiva con los demás tal vez es que en algún nivel no lo estás siendo contigo misma. Lo que es adentro, es afuera.
Por eso todo esto empezó con las preguntas de cómo te sientes y qué te preocupa. Debes tenerte compasión y entenderte a ti misma; debes tenerte paciencia, es un cambio y uno bastante extremo.
Ser comprensiva contigo no significa que serás autocomplaciente y te conformarás con seguir siendo como eres, sin hacer cambios que te ayuden a generar nuevos resultados, los que quieres para tu vida.
Lo que sí es seguro, es que en la medida en la que aplicas la comprensión y la compasión contigo, te será más fácil extenderlas hacia otros. No al revés.
7 ¿Cómo quieres recordar esta situación?
Deseas recordar este evento como el momento en el que fuiste más introspectivo, o en el que consolidaste tus relaciones familiares o de pareja; o en el que tuviste un crecimiento personal increíble, o un descanso reparador para tu vida.
O quieres recordarlo como la temporada en la que más te quejaste, criticaste, peleaste con la vida o solo viste televisión, redes sociales o programas de entretenimiento por streaming.
Una vez superes esto no es que vas a vivir en el pasado, pero es rico construir memorias empoderadoras, esas que te ayudan a sentirte bien y a recordar que eres una persona con recursos para afrontar diversas circunstancias como en aquella ocasión en la que…
8 ¿Cómo quieres salir de esta situación?
Aclaramos que no nos referimos a cómo vas a solucionar esto sino qué cualidades, nuevos recursos, fortalezas, talentos, vivencias, relaciones, resoluciones, descubrimientos personales quieres generar durante este periodo.
Redacta tu manifiesto personal ante el desafío. Una sugerencia para iniciarlo puede ser: Al salir de esta situación quiero ser… (más paciente, una persona con más habilidades socioemocionales, más comprensivo, alguien que prioriza a su familia, que es más adaptable o con una mente más flexible, un padre más amoroso, una hija más cariñosa, sintiendo que aproveché cada día o cada minuto, etc).
Dentro de ti hay un enorme potencial. Aprovecha este espacio y estas preguntas para reconocerte y liberarlo. Fortalece esas áreas que te pueden ayudar a manejar de aquí en adelante cualquier situación que se presente con mayores recursos personales y ante todo una mentalidad propositiva y optimista.
El optimismo no se trata de ver que todo está bien, aunque se esté desmoronando sino de no permitir que el caos externo sea el que controle tus respuestas y tu mundo interno.
Aunque afuera el mundo se derrumbara, es clave que tu mente pueda encontrar serenidad para pensar con su centro ejecutivo y proveerte las ideas disruptivas, diferentes, estratégicas o creativas que la situación te demande.
9 ¿Cómo quieres y puedes contribuir?
Todos tienen potencial y cualidades, no eres la excepción. Desde tus talentos, recursos y potencial puedes proveerte a ti, a quienes te rodean y a aquellos sobre los que tienes alcance o influencia alguna contribución.
Se trata de ver dentro de esta crisis cuál es tu legado, cómo dejas huella, qué diseñas o construyes.
Quieres contribuir ayudando a todos (empezando siempre por ti) a vivir más optimistas, o poniéndole un toque de alegría a cada día, o escuchando a quienes lo necesitan, o conversando con alguien a quien le gusta socializar, o compartiendo tu arte, tu baile, tus conocimientos de cocina, de matemáticas, o ayudando a otros a crecer, o descansando y revitalizándote para apoyar a los que estén más cansados o desgastados cuando reiniciemos con más fuerza.
Define cuál será tu legado o tu contribución para contigo y las personas que amas y aquellas sobre las que tienes influencia, a lo largo de este recorrido.
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