Bienestar

6 Sugerencias para tener un Estilo de Vida Saludable

Tener un estilo de vida saludable es una expresión muy amplia que abarca mucho más que el cuerpo o la dimensión física.

Es altamente probable que este sea uno de los propósitos de año nuevo que muchos han incluido en su lista, pero que no todos alcanzan en igual proporción.

Qué es un estilo de vida saludable

Empecemos por entender de manera más precisa qué estás declarando al decir «para este nuevo año quiero tener una vida más saludable». Diría una coach de autoestima que conozco «sé coherente con lo que dices».

estilo de vida saludable

Según una de las grandes autoridades en este tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un estado de completo bienestar físico, mental, social y emocional. En otras palabras, abarca los 4 cuerpos o las 4 dimensiones que en otra parte de este sitio, te sugerimos hacerlas parte de tu plan de renovación personal para iniciar el año.

Un estilo de vida saludable es vivir con un enfoque continuo de salud holístico, ausencia de dolencias y enfermedades y trabajar de forma deliberada y proactiva en la prevención de las mismas, es decir reducir los factores de riesgo que atentan contra tu salud o que boicotean esta meta. En otras palabras, mejorar tu calidad de vida.

¡Wao! tal vez pueda sonar sencillo, pero en la práctica en tu vida diaria ejecutarlo tiene sus desafíos porque abarca las decisiones cotidianas que tomas en torno a tu autocuidado personal, alimentación, descanso, higiene personal, manejo de estrés, práctica de ejercicios físicos, vivir más consciente de tus emociones para aprender a gestionarlas de forma más efectiva y a la vez satisfacer tus necesidades.

Empieza por hacer tu autoevaluación

Para llegar a tu nuevo o anhelado estilo de vida saludable, debes empezar por descubrir dónde estás en cuanto a esta meta.

Otra sugerencia es que definas tu campo de acción, es decir vas a comprometerte con este enfoque holístico o empezarás con pasos de bebé trabajando inicialmente solo en algunas partes. Aunque este es un tema integral, pues cada área es interdependiente, tratar de cubrir los defícits que puedas tener en todas las dimensiones puede ser abrumador.

Hazlo de forma sencilla y evalúate del 1 al 10, en los enunciados o áreas que listamos a continuación, donde 10 es «siento que estoy excelente en esta área o manejo con propiedad y de forma saludable lo que señala el enunciado» y 1 todo lo contrario.

Algunos enunciados tienen que ver más con una dimensión que con otra, pero al final como ya dijimos están interconectados.

Cómo percibes/sientes que estás del 1 al 10 en cuanto:

  • alimentación saludable y balanceada;
  • hidratación de tu cuerpo, ingesta de agua al día;
  • mantener un peso adecuado o un peso saludable;
  • perfil lipídico o niveles de colesterol y trigilicéridos en sangre;
  • cómo suele estar tu presión arterial;
  • sufres de enfermedades crónicas;
  • descanso apropiado;
  • práctica regular de actividades físicas;
  • ingesta de sustancias como alcohol o tabaco u otras que puedan ser adictivas;
  • ingesta de azúcares;
  • mantienes la mayor parte del tiempo un enfoque optimista (aún ante los desafíos);
  • prestas atención y cuidado a tus emociones, a tu salud mental y a las señales que manifiestan en tu cuerpo;
  • vives ansiosa(o) pensando mucho en el futuro o te sientes mucho más anclada al presente;
  • vives muy centrada(o) en situaciones pasadas que te cuesta soltar o sobrepasar o te sientes más anclada al presente;
  • cambias de temperamento o ánimo de forma abrupta o repentina;
  • practicas la respiración consciente durante tu día a día.
  • manejas bien el estrés, sabes cómo reducirlo o a veces sientes que hay mucho de eso en tu vida;
  • estableces y mantienes conexiones personales cotidianas y saludables con personas a quienes amas;
  • retas a tu cerebro y procuras aprender algo nuevo con cierta frecuencia;

En general, tienes hábitos de vida saludables o llevas una vida sana.  Qué piensas…


Qué hago para adoptar un estilo de vida saludable

Antes de iniciar con las sugerencias formales, te invitamos a adoptar una mentalidad de vida saludable. Nos referimos a creer que lo puedes lograr, creer en ti misma(o) aunque ya antes lo hayas intentado y el resultado haya sido fallido.

Escribe tu por qué es importante para ti lograr este propósito de año nuevo, qué beneficios o ventajas te aportará el conseguirlo. Por qué valen la pena estos nuevos hábitos de vida.

Practica algunas visualizaciones diarias de ti experimentando este estilo de vida saludable, lo bien que te ves o que te sientes, tu nueva energía o nivel de resistencia, tu piel más radiante, lo que para ti puedan ser resultados congruentes con adoptar estas acciones.

Fortalece tu mentalidad repitiendo también afirmaciones relacionadas con salud y este propósito. Por ejemplo, «estoy en el proceso de adoptar hábitos saludables que me recargan y me favorecen»; «me siento feliz, renovada y llena de energía con las acciones saludables que practico»; «elijo lo más conveniente para mi salud integral».

#1 Toma conciencia de tus principales áreas de mejora y genera tu plan de acción

La sección previa te debió ayudar a detectar dónde están tus mayores áreas de oportunidad de mejora. Te sugerimos empezar con una de ellas o un máximo de hasta 3, no más (el que mucho abarca, poco aprieta).

Describe donde estás y una visión clara de a dónde quieres llevar esta área. Por ejemplo, si una de tus áreas de mejora tiene que ver con el descanso apropiado, define tu situación actual es decir cuántas horas duermes promedio por día, a qué hora te sueles dormir, a qué hora te levantas, cómo está tu energía al despertar, si sientes cansancio durante el día, cómo lo manejas, etc.

Luego establece la visión ideal. Si continuamos con nuestro ejemplo del descanso, puede ser pasar de dormir 5 horas promedio por noche a dormir 6; acostarte 30 minutos más temprano; seguir una mejor higiene de sueño (las actividades que haces justo antes de acostarte); tomar siestas (power naps) durante el día, etc.

#2 Haz una auditoría de tus despensas de comida y cuida lo que compras

En el caso específico de la nutrición, un factor que incide mucho en estos hábitos es el tipo de productos que compras. Si hay muchos alimentos procesados en tu alacena o refrigerador, en vez de alimentos nutritivos, ya llevas un gran factor en contra de tu intención de comer mejor.

Revisa tu despensa y deshazte de aquello que es incongruente con este propósito como alimentos con mucha azúcar refinada, bebidas carbonatadas o azucaradas, comidas congeladas o procesadas de rápida preparación. Como alternativas tienes batidos de frutas naturales o smoothies.

Alíneate con tu meta de vida saludable adquiriendo más verduras, hortalizas, frutas, alimentos frescos y alimentos saludables. Algunos dirán que comas según los colores del arcoiris.

Prepara tus propias comidas con ingredientes naturales. Sí, lleva más tiempo y si no eres amante de la cocina provoca comprar comidas convenientes que se hacen en un dos por tres, pero son mucho menos saludables.

Si tienes dudas sobre este punto puedes apoyarte con algún coach de nutrición y bienestar o un entrenador de salud.

#3 Asegúrate de incluir actividad física regular cada semana

Si de acuerdo con tu agenda y hábitos realizar actividades físicas a diario es retador, establece una meta semanal.

La mayoría de los conocedores en este tema recomiendan elevar la frecuencia de días aunque el tiempo que ejercites no sea extenso. En otras palabras, parece ser mejor para la salud realizar 3 sesiones de ejercicios semanales de 20 minutos cada una o hacer 15 minutos de ejercicio a diario, que hacer 1 o 2 horas solo una vez por semana.

Además de que a mayor frecuencia o cantidad de repeticiones de una acción más rápido consolidas un hábito, para el cuerpo parece funcionar también mejor esta dosificación de actividad física.

Toma en cuenta también que no solo haces ejercicios para estar en forma o tonificarte sino que hay 3 ganancias corporales clave: ganas resistencia, fuerza y flexibilidad.

Otros beneficios también son: mantener las articulaciones y los músculos en buen estado de funcionamiento, salud preventiva, fortalecer tu sistema inmunológico e incluso mantener una actitud positiva ante los problemas o presiones mentales.

Recuerda que al ejercitarte tu cuerpo libera sustancias químicas llamadas endorfinas que ayudan a reducir el estrés, prevenir la ansiedad y los sentimientos de depresión, elevar la autoestima y mejorar el sueño.

Algunos tips para arrancar:

  • Si no practicas actividad física regular, identifica cuándo y dónde puedes introducir ejercicios. Ahora en internet hay muchas sesiones que se efectúan en casa mientras realizas algunos oficios con la ayuda de tus sillas, cama y otros muebles.
  • Empieza de a poco y sube gradualmente el tiempo o la intensidad. Escucha a tu cuerpo, no pretendas que en un par de días ganarás condiciones atléticas.
  • Si ya haces algún ejercicio considera si puedes subir un nivel más la cantidad de tiempo o frecuencia.

#4 Evita o limita el consumo de alcohol y de tabaco

Este punto tal vez no aplique para ti, pero al tratar el tema de estilo de vida saludable es esencial considerarlo.

Aunque varios estudios señalan los beneficios que puede tener beber una copa de vino tinto al día, la realidad es que la mayor parte de las bebidas alcohólicas no aportan beneficios a tu vida y resultan incongruentes con la palabra saludable, al igual que el tabaco.

En el caso de las bebidas con alcohol considera reducirlas; beberlas solo en ocasiones puntuales y eso implica también excluirlas de tus compras habituales para evitar tenerlas siempre en casa como una tentación permanente.

Recuerda que tu meta no es eliminar, pero sí reducir tu consumo de alcohol.

En el caso del tabaco la sugerencia es aprender a vivir sin él.

#5 Identifica y elimina los eventos desencadenantes de hábitos no saludables

Cuando estás viviendo en piloto automático no eres capaz de percatarte de que hay eventos, situaciones, personas, relaciones, que desencadenan emociones y conductas que no te convienen.

Es posible que para algunos, las redes sociales sean un factor desencadenante o trigger de hábitos no saludables. Ves estilos de vida que admiras, te comparas contra esos estándares, te sientes mal contigo mismo y quedas comiendo algo inapropiado, o tienes un bajón de ánimo que te lleva a desistir de hacer ejercicios, etc. Si ese fuera tu caso haz un detox de redes sociales o en un caso extremo, elimina algunas de tus cuentas.

actividades de vida saludable

A otras personas beber alcohol les hace desear fumar. En este caso, si controlas el primero evitas el segundo.

Otros saben que si comienzan a ver series muy tarde es posible que se pasen la noche en vela afectando su tiempo de descanso, aun a sabiendas de que al siguiente día estarán mermados. Si es tu caso, aprende a elegir ver esas series o películas en otro horario.

Aprende a reconocer qué situaciones o factores están detrás de tus conductas incongruentes con ese estilo de vida saludable que quieres. Qué te llevó a comer de más o a desear mucho más dulce del que usualmente comes; o a volver a fumar; o a ingerir más café del acostumbrado o gaseosas; o que te mantuvo despierta hasta muy tarde sin descansar apropiadamente.

#6 Acepta que puede llevar tiempo conquistar esta meta y compártela con alguien que te brinde apoyo

No te pongas tanta presión que te lleve a desistir desde el comienzo. Tampoco seas condescendiente. Encuentra ese equilibrio entre exigirte, pero saber que de acuerdo con tu autoevaluación y el punto en el que actualmente estés, esto puede tomar tiempo.

Acepta también que puedes tener contratiempos y retrocesos. Vas 2 semanas bien con tus nuevos hábitos alimenticios y de repente se presentan varios eventos disparadores que no detectaste oportunamente y no seguiste el plan. Reflexiona qué puedes hacer para mejorar la siguiente vez que esto pase o evitarlo, perdónate y continúa.

Cambiar no siempre es fácil. Ya dijimos en el punto anterior que puede haber días en los que regreses a los viejos hábitos. Asume la responsabilidad y no gastes energía culpando a otros o a los eventos o a la falta de tiempo por no poder cambiar tus malos hábitos.

Varios estudios muestran que cuando le cuentas metas como estas a otra persona que se convierte en tu confidente y apoyo tu probabilidad de lograr estas metas se eleva un 95%. Aprovecha esta estadística a tu favor. Revisa entre tu círculo familiar o de amigos quién puede ser un(a) buen(a) candidato(a) para llenar ese rol y ayudarte con tu firme intención de desarrollar hábitos de vida saludable.

Agenda con esta persona una cita semanal (puede ser telefónica, vía videollamada, presencial). Coméntale cómo te fue con tus metas semanales, si las cumpliste o no. Comparte de qué te sentiste orgullosa(o) y si fallaste, cuéntale qué plan tienes para corregir el rumbo y si aplica, solicita su consejo u opinión.


Referencias bibliográficas

Muchas de nuestras sugerencias e ideas para este artículo han sido tomadas de fuentes especializadas en salud, prevención de enfermedades y esperanza de vida.  Otras ideas son aprendizajes de nuestra propia experiencia.

Te compartimos estas fuentes para que explores también por tu cuenta este camino hacia adoptar estilos de vida saludables.

Esperamos que hayas disfrutado nuestra entrada 6 Sugerencias para tener un Estilo de Vida Saludable


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Publicista y mercadóloga de profesión, Facilitadora y Consultora por vocación, bloguera de corazón, esposa y madre por elección consciente y feliz, enamorada de la vida.

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Pinea
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