Lo primero es hablar sobre lo qué es el bienestar físico, según lo que definen las fuentes con mayor autoridad en este tema, para luego entender qué puedes hacer de forma diaria para lograrlo y mantenerlo.
Como hemos compartido en otras entradas vivir a todo color, según lo que predicamos en este sitio, implica llevar una vida enfocada en tu bienestar integral lo que además es coherente con la práctica del amor propio.
Si te amas, te cuidas, velas por tu salud en todas las dimensiones posibles porque además entiendes que están interconectadas y la parte física es una de las más visibles y obvias. Es un excelente punto de partida.
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Qué es el bienestar físico
El bienestar en general va mucho más allá de estar libre de enfermedades o ser muy saludable, es un proceso dinámico de cambio y crecimiento en múltiples dimensiones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que es “un proceso consciente, autodirigido y en evolución para alcanzar su máximo potencial”.
Las 8 dimensiones del bienestar son: bienestar emocional, bienestar ocupacional, bienestar espiritual, bienestar ambiental, bienestar financiero, bienestar físico, bienestar social y bienestar intelectual.
El bienestar físico es conocer bien tu cuerpo y darle lo que necesita para mantener un buen estado de salud a fin de prevenir enfermedades, procurar tu curación si te enfermas y mantener tu energía.
Implica vivir de manera responsable y cuidar tu cuerpo, y reconocer que tus hábitos, elecciones y comportamientos diarios tienen un impacto significativo en tu salud, tu bienestar y tu calidad de vida en general.
Cuidar tu calidad de vida y bienestar te permitirá aprovechar al máximo tus actividades diarias sin fatiga ni estrés físico indebidos.
Qué requiero evaluar para procurar mi bienestar físico
Si quieres mejorar algo, comienza por autoevaluarte y determinar dónde estás o dónde te sientes en este momento en las 3 áreas que señalamos a continuación:
Salud física: es el estado de su cuerpo físico y qué tan bien está funcionando.
Bienestar físico: es la capacidad de realizar actividades físicas y desempeñar roles sociales que no se ven obstaculizados por limitaciones físicas y experiencias de dolor corporal e indicadores biológicos de salud.
Alfabetización física: es tu motivación, confianza, competencia física, el conocimiento y la comprensión para valorar y asumir la responsabilidad de participar en actividades físicas de por vida.
Tu adopción de hábitos saludables como una dieta balanceada, movimiento regular o actividad física, sueño adecuado, controles de salud rutinarios, etc., así como evitar o minimizar los hábitos destructivos (tabaco, drogas, alcohol, etc.) te conducirá a mantener un bienestar físico óptimo y reducirá el riesgo de enfermedades crónicas prevenibles.
Para hacer tu evaluación personal comienza por responder de forma honesta estas preguntas y de acuerdo con tus respuestas, califícate con una escala de 1 a 5 en donde 5 es lo hago con frecuencia o tengo aquí un desempeño óptimo y 1 todo lo contrario. Eso te ayudará a tener una idea más clara de donde están tus fortalezas y tus áreas de oportunidad de mejora.
ALIMENTACIÓN E HIDRATACION | ¿comes alimentos que disfrutas, que entiendes son nutritivos y saludables en tu dieta diaria? o ¿comes solo para satisfacer tu apetito, pero sin considerar el valor de lo que ingieres?; ¿procuras mantenerte hidratada(o) durante el día?
SUEÑO | ¿mantienes un horario regular de sueño y obtienes 7 horas de sueño por noche o lo que sientes es necesario para recargar tu cuerpo y tu energía?
ACTIVIDAD FÍSICA Y MOVIMIENTO | ¿mueves tu cuerpo a diario?, ¿progamas momentos durante tu rutina del día en los que te levantas, oxigenas tu cuerpo, te estiras o te mueves?, ¿practicas ejercicios físicos con regularidad?
SEXO | ¿practicas sexo seguro con protección?, ¿utilizas algún método anticonceptivo para evitar un embarazo no deseado?, ¿disfrutas tu actividad sexual y hay consenso con tu pareja sobre lo que es aceptable/deseable para ti y para el/ella?
ALCOHOL Y DROGAS | ¿tomas decisiones sobre el alcohol, la nicotina y otras drogas que estén alineadas con tus valores?, ¿ingieres alcohol de forma moderada y ocasional o es eres un consumidor frecuente?, ¿sabes decir no a la ingesta excesiva de alcohol o sueles pasarte al punto que tiene impacto en tu cuerpo, salud y en tus relaciones sociales?
HIGIENE | ¿tienes la costumbre de lavarte las manos regularmente para prevenir resfriados y gripes?
Toma en cuenta que todo está conectado
Aunque hay 8 diferentes dimensiones del bienestar muchas de ellas están conectadas, es decir cuando mejoras una, impactas positivamente a otras. La parte negativa de esto es que se genera el mismo efecto cuando descuidas o permites que una de ellas desmejore.
Tu bienestar físico, por ejemplo, va a tener impacto en tu bienestar emocional y bienestar intelectual y viceversa. Tu bienestar espiritual con seguridad afectará la parte emocional y por ende la física. Incluso tu bienestar financiero, cuando no es bien cuidado puede generar altas dosis de estrés lo que afecta tu bienestar físico y emocional.
Con esto el mensaje que queremos compartir es enfócate en lo que puedes mejorar en este momento, hazlo de forma consistente y, de alguna manera, mejorando esa área posiblemente estés ayudando a otras también a incrementar su nivel.
Consejos prácticos para que logres tu bienestar físico
Utiliza como punto de partida la autoevaluación que te recomendamos previamente. Cuáles son tus áreas de oportunidad de mejora. Enfócate en al menos una de ellas para comenzar a trabajar y establece metas en esa área específica para incrementar tu bienestar físico.
#1 Mantén una dieta nutritiva
No estamos descubriendo el agua tibia. Tú ya sabes que la nutrición tiene un rol clave dentro de tu bienestar físico porque a diario tomas docenas de decisiones relacionadas con este aspecto y lo bien o mal que decidas impactará de forma determinante tu calidad de vida, tu salud y tu resistencia.
Cuando se trata de decidir qué comer, requieres desconectarte del piloto automático y comenzar a a tomar decisiones inteligentes.
Si consideras que aquí está tu área de mejora, revisa con cuidado lo qué tienes actualmente en tu despensa. Evita comprar alimentos que eleven tu tentación para hacer malas elecciones y toma conciencia de las razones por las que estás comiendo. Comes para saciar tu hambre o hay disparadores como la ansiedad, los nervios, el estrés que estén llevándote a elegir justamente en tu contra.
Hay una serie de super alimentos que además de ayudar a tu cerebro a mantenerse en plena forma, también te ayudan con tu salud general.
Toma en cuenta que lo que comes también tiene un gran impacto en tu sistema inmunológico, en el que puedas mantenerte saludable la mayor parte del tiempo.
Estoy tomando el curso The Immunity Blueprint de Eric Edmeades en Mindvalley y, si manejas inglés, vale la pena que lo veas pues ofrece mucha información y datos prácticos de valor que todos deberíamos conocer para estar en mayor sintonía y trabajar en alianza con nuestro cuerpo. Por aquí te dejo este enlace para una Masterclass gratuita.
Asegúrate de que tu dieta contenga verduras, carne magra, granos integrales, frutas y nueces, y limita el consumo de azúcar al mínimo. Puedes obtener suficiente azúcar de las frutas. Las bebidas carbonatadas, los refrescos y los dulces no tienen ningún valor nutricional.
Otros consejos:
- Comienza el día con un desayuno nutritivo que contenga cereales, proteínas, calcio y frutas o verduras.
- Relájate y disfruta tus comidas. Date tiempo para saborear el placer de comer. Come despacio y presta atención al sabor, las texturas, los sabores y la apariencia de los alimentos.
- Acepta y ama tu cuerpo y todo lo que hace por ti. Permite solo pensamientos y comentarios positivos sobre su cuerpo.
- Mantente hidratada(o) para sentirte bien y rendir bien. Recuerda que 65% de tu peso corporal es agua.
- Responde a las señales de hambre, pero también a las de saciedad. Son tus guías de control de porciones.
- Come una variedad de alimentos de diversas fuentes para garantizar una ingesta equilibrada de nutrientes.
- Si eres vegetariana(o) puedes consumir hierro de nueces, semillas, frijoles, pan enriquecido y productos de cereales, verduras, pasas, dátiles y melaza.
Recuerda que comer bien mejorará tu salud y tus niveles de energía, te hará sentir mejor.
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#2 Conviértete en la bella durmiente
No es que te la vas a pasar dormida(o) 24/7 sino que cuando lo hagas sea realmente un sueño reprador.
Si te sientes cansada(o) y descentrada(o) a lo largo del día, una de las primeras cosas que debes hacer es tomar medidas para normalizar tu patrón de sueño.
La mayoría de los adultos necesitan de 7 a 8 horas de sueño de buena calidad en un horario regular. Esto requiere que generes una rutina en la que te acuestes y te levantes a la misma hora todos los días.
No nos creas a nosotros, valida cómo estás en este aspecto y haz la prueba. Si luego de hacerlo te resulta más fácil mantenerte despierta(o) y tener energía quiere decir que has encontrado el patrón de horas de sueño adecuado para ti.
El sueño le da a tu cuerpo la oportunidad de descansar, repararse y realizar una serie de procesos clave de autorenovación diaria. Dormir y descansar mal conducen al estrés y la enfermedad.
Por otra parte, dormir y descansar bien te ayudan a ser más creativo, más productivo, mantienen tu salud mental, tu capacidad de retener y procesar información e incluso tu calidad de sueño ayuda a regular tu peso.
Desarrolla prácticas saludables de higiene del sueño. Suelta todos los aparatos electrónicos y dispositivos móviles al menos 30 minutos antes de acostarte, hará que sea más fácil relajarte y apagar tu cerebro; apaga las luces, es en la oscuridad donde la melatonina se activa; evita el alcohol o estimulantes como la cafeína antes de dormir
#3 ¡Muévete!
Recuerda que tu cuerpo está diseñado para moverse, para la acción no para tener un estilo de vida sedentario.
Participar en actividades físicas de forma regular te puede ayudar a disminuir el estrés, mejorar tu estado de ánimo, reducir el riesgo de enfermedades y aumentar tu energía.
Son muchas las investigaciones que se han realizado sobre el impacto del ejercicio físico sobre el cuerpo y la calidad de vida y varias de ellas han demostrado que el ejercicio conduce a una mayor producción de neuronas y ayuda con la producción de neurotransmisores clave en el cerebro que mejoran el estado de ánimo, la función cognitiva y el crecimiento cerebral.
El ejercicio ayuda a facilitar la neuroplasticidad que es la capacidad del cerebro para cambiar con la experiencia. De hecho, cuando practican escáneres del cerebro uno de los hallazgos es que los cerebros de los deportistas se ven diferentes de los cerebros de las personas que llevan un estilo de vida más sedentario.
Si te cuesta, como a mí, empezar a incluir actividades físicas regulares en tu vida te recomiendo sumarte a un desafío en el que además trabajas con una comunidad de personas que están alineadas con lo mismo. Ese apoyo mutuo y rendición de cuentas puede ayudarte a lograrlo. Te dejo por aquí este Masterclass Gratuito con Ronan Oliveira quien promete que verás una transformación de tu cuerpo con solo dos sesiones de ejercicio de 15 minutos a la semana.
La actividad física disminuye el riesgo de algunos problemas de salud, como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, diabetes y presión arterial alta y el ejercicio ayuda a reducir los sentimientos de ansiedad y depresión, ayuda a prevenir y controlar el estrés y promueve el bienestar mental. Lo recomendable es que los adultos realicen actividad física durante al menos 2,5 horas a la semana (alrededor de 30 minutos, 5 días a la semana) a un nivel moderado. Si para ti en este momento es mucho, empieza por al menos 10 minutos 3 veces por semana.
Asegúrate de incluir actividades de estiramiento/flexibilidad para mantener saludables los músculos y las articulaciones y disminuir el riesgo de lesiones.
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#4 Cuida tu vida sexual
Las relaciones sexuales son una expresión del cuerpo, la mente y el espíritu y cuando cuidamos de ellas significa que vemos nuestra sexualidad como un aspecto saludable y natural de quienes somos.
Es otra forma en la que nos expresamos y podemos expresar también nuestros sentimientos por otros.
Cuidar tu vida sexual significa respetar tus propios límites personales y sexuales, así como los límites personales y sexuales de los demás; usar protección cuando lo consideres necesario (preservativos, anticonceptivos) contra las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el embarazo
y comprender tus propios deseos eróticos y sexuales (lo que quieres del sexo) y comunicar esos deseos a tu(s) pareja(s).
#5 Evita las sustancias nocivas
Muchos dirán que esto es obvio, pero no por ello lo dejan de hacer. Como este artículo se trata de reafirmar lo que procura tu bienestar físico y evaluar cómo estás en cada aspecto, esto no se puede quedar por fuera.
A lo largo de los años la ciencia ha difundido y probado de manera efectiva los riesgos y los peligros de la nicotina, de fumar y consumir alcohol de forma excesiva.
Como el objetivo del bienestar físico es mantener tu cuerpo en plena forma, esperamos que te quede claro que es importante que mantengas el consumo de cigarrillos y alcohol al mínimo. De hecho tu cuerpo puede vivir sin estas sustancias sin problema alguno.
Ni hablar de otras drogas que, además de daños irreversibles a tu cuerpo, generan severas adicciones que son muy complejas de abandonar.
Si para ti el consumo de estas sustancias o alguna adicción se ha convertido en un problema, es posible que debas considerar buscar ayuda profesional a la vez que solicitas apoyo de familiares y amigos e información valiosa.
En caso de que solo ingieras alcohol o fumes de forma social o esporádica, considera alternativas para reducir las veces en las que lo haces y/o las cantidades que consumes en cada ocasión. Como dijimos antes, beber menos alcohol o furmar menos lejos de hacerte daño te favorece.
Si decides ingerir alcohol come alimentos antes y mientras bebes. La comida retarda la absorción de alcohol. Si estás cansada(o), enferma(o) o emocionalmente molesta(o), el alcohol puede afectarte más de lo habitual. Distribuye las bebidas en el tiempo para darle a tu cuerpo la oportunidad de metabolizarlas. El cuerpo puede metabolizar alrededor de una bebida por hora. Evita mezclar alcohol con medicamentos o drogas ilícitas. Aprende a conocer tus límites y apégate a ellos. No te conviertas en el próximo video viral de “si sabes cómo me pongo, pa’ que me invitas”.
#6 Más vale prevenir que…
Acude a tus revisiones anuales o periódicas recomendadas (físicas, oftalmológicas, dentales y en el caso particular de las mujeres ginecológicas).
Mira a tu doctor de cabecera como un socio de tu salud y comparte en estas revisiones rutinarias información sobre los síntomas que tengas y tu salud en general. Haz las preguntas que necesites y asegúrate de comprender las indicaciones o recomendaciones que te brindan.
Procura hacerte los exámenes anuales de mamas y/o testículos.
Escucha a tu cuerpo, responde adecuadamente a sus solicitudes y aprende a reconocer los primeros signos de posibles enfermedades o afecciones. Si tu cuerpo manifiesta algún malestar, no lo ignores.
Cuida tu exposición al sol y usar protector solar.
Cuando manejes, no tomes; usa los cinturones de seguridad y cascos si utilizas motos u otros meidos de movilización o diversión que lo requieran.
Lávate las manos con frecuencia con agua y jabón para protegerte contra los gérmenes/virus. Puedes recogerlos mediante el saludo de manos, tocando picaportes, teléfonos, computadoras, etc.
Eleva tu dosis de amor propio y autocuidado
El autocuidado personal es una parte esencial de tu bienestar, especialmente si estás enfocada(o) tanto en tu mente como en tu cuerpo.
Actividades físicas como el yoga y la meditación realmente pueden ayudar, especialmente si te permites sumergirte realmente en ese estado de paz y liberar toda la energía negativa que sientas.
Crea un buen ritual o rutina de cuidado personal para tu semana y asegúrate de practicarla, ante todo cuando sientas que el estrés está a punto de abrumarte. Una mentalidad saludable es el primer paso para alcanzar el bienestar general.
Que tu palabra clave sea EQUILIBRIO
En la vida todo gira en torno a la moderación. Revisa tus diversas áreas de vida y verás que la clave está en lograr cierto equilibrio. Para lograrlo requieres hacer una pausa para pensar cómo percibes que está cada área de tu vida, lo que necesitas y lo que realmente te beneficiará a largo plazo.
Requieres invertir tiempo en todos los aspectos importantes de tu vida. Ya lo dijimos antes, todo está conectado. Es imposible pensar en tener buena salud física si tu salud mental o emocional son bajas, y viceversa. Un área impulsará a la otra.
Es como un auto que requiere que las 4 llantas, ruedas o gomas estén debidamente llenas, alineadas y con la presión correcta para andar bien. Si alguna de estas llantas se baja el auto no corre bien.
De la misma forma si descuidas o desatiendes alguna parte de tu bienestar físico afectarás a las demás.
Referencias
Physical Wellness, University of Newhampshire
How To Elevate Your Physical Wellness?
Esperamos que hayas disfrutado nuestra entrada 6 consejos prácticos para que logres tu bienestar físico.
Cuéntanos
Cómo sientes que está tu bienestar físico. ¿Consideras que eres una persona que cuida su cuerpo y todos los aspectos que hemos abordado en este artículo?
Hay algún área de oportunidad de mejora que hayas reconocido que tienes en este tema.
Puedes sugerirnos, de acuerdo con tu experiencia, qué actividades o acciones te ayudan a mejorar el aspecto físico de tu bienestar.
Nos encantaría recibir tus comentarios, anécdotas y sugerencias.
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